Si está pensando en colocarse un implante dental, es porque ha perdido o va a perder un diente natural. Aunque la mayoría de los implantes dentales son permanentes, también son vulnerables a muchos de los mismos factores que causaron la pérdida de su diente natural.

Aunque los implantes dentales no son dientes naturales, siguen siendo vulnerables a los ataques bacterianos. Las bacterias no pueden atacar al diente en sí, pero una enfermedad periodontal grave puede dañar el hueso maxilar que soporta el implante dental. Cuando esto ocurre, su implante dental puede caerse.

Los traumatismos graves también pueden destruir un implante dental. La mayoría de los traumatismos bucales simplemente dañan la corona del diente, que puede sustituirse fácilmente, pero algunos pueden desplazar el implante dental. Si esto ocurre, es posible que tenga que esperar a que se produzca la cicatrización o incluso recibir un injerto óseo antes de sustituir el implante.

En raras ocasiones, un implante dental puede no integrarse correctamente en el hueso maxilar. Si tiene una respuesta cicatricial deficiente, esto puede suponer un riesgo mayor, pero también influyen otros factores. La tecnología avanza constantemente, y las tasas de éxito de los implantes dentales están en su punto más alto.

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