Apnea del sueño, respiración bucal crónica, obesidad, problemas de memoria, mala salud bucodental, trastornos del comportamiento y enuresis. Aunque estas afecciones no parezcan estar relacionadas, puede que le sorprenda descubrir que pueden estar extrañamente relacionadas. Y puede que le sorprenda aún más descubrir que la forma en que están conectados es a través de la mandíbula.
Más concretamente, el tamaño de la mandíbula.
En los últimos dos siglos y medio, el tamaño del cráneo y la longitud de la mandíbula de los humanos han cambiado significativamente. Y no para mejor.
Algunos estudios de investigación han sugerido que los dientes torcidos, las sobremordidas y submordidas, las vías respiratorias nasales estrechas y la deficiencia del tercio medio facial, conocida médicamente como hipoplasia del tercio medio facial -situación en la que la mandíbula superior, los pómulos y las cuencas oculares no crecen tanto como el resto de la cara- son relativamente recientes en el desarrollo humano. Y por reciente nos referimos a los últimos 250 años.
Antes del cambio de tamaño del cráneo y la mandíbula, los restos óseos han demostrado que los humanos tenían generalmente dientes rectos y mandíbulas perfectamente alineadas. Los paladares eran más planos, las mandíbulas más expansivas y los conductos nasales permitían una respiración nasal adecuada. Los terceros molares, comúnmente llamados muelas del juicio, funcionaban y tenían mucho espacio en la boca, una situación muy poco habitual en nuestra era moderna.
Hoy en día, nuestros cráneos han cambiado tanto que los paladares altos y estrechos son habituales. Los maxilares inferiores son cortos y, como resultado, ofrecen un espacio limitado para los dientes permanentes, lo que puede provocar apiñamiento y desalineación. Estas situaciones suponen un mayor riesgo de sufrir problemas de mandíbula y los problemas que hemos mencionado anteriormente, como respiración bucal, apnea del sueño, problemas de comportamiento, ansiedad, deterioro cognitivo, obesidad y una serie de problemas de salud crónicos.
Los cambios en el desarrollo del cráneo también han contribuido a menudo a problemas de salud bucodental, costosos tratamientos de ortodoncia y, en algunos casos, incluso cirugía para cambiar el tamaño de la mandíbula o extirpar amígdalas y adenoides.
Los efectos secundarios de una mandíbula poco desarrollada son dolor de mandíbula, dolores de cabeza crónicos, congestión sinusal, alergias, asma y problemas de sueño.
¿Qué encogió las mandíbulas?
Según algunos investigadores, el cambio en el desarrollo del cráneo se produjo durante la Revolución Industrial, cuando las mujeres empezaron a trabajar en las fábricas.
¿Cómo podría esto alterar el desarrollo del cráneo y causar dientes torcidos, mandíbulas estrechas y vías respiratorias nasales impactadas?
Algunos estudiosos señalan el impacto de la industrialización en la lactancia materna y el destete. Antes de la industrialización, los bebés eran amamantados a demanda mientras comían alimentos sólidos. Pero cuando las mujeres empezaron a trabajar fuera de casa, la alimentación con biberón, los chupetes y los alimentos muy blandos y procesados -y no tan saludables- cambiaron la necesidad de masticar y afectaron a la forma de la boca y al desarrollo facial en general.
La industrialización no es el único factor; los contaminantes ambientales y el aire recirculado también han influido en el crecimiento de los cráneos en el útero.
Estos factores repercuten en la postura de la boca abierta, provocan malos hábitos de colocación de la lengua y afectan negativamente al desarrollo de la cara, causando efectos secundarios como:
- Paladar alto y estrecho
- Tabique desviado
- Mandíbulas muy estrechas
- Deficiencia de la parte media de la cara
- Una cara que parece plana
- Una cara muy larga y estrecha
- Labios finos
- Un mentón “débil” o retraído
- Mejillas hundidas
- Trastorno de la articulación temporomandibular
- Apnea obstructiva del sueño
- Dolores de cabeza
- Dolor crónico de cuello y hombros
- Postura pobre
- Problemas de salud dental como apiñamiento dental, maloclusión de la mordida (mordida desequilibrada) y dientes impactados.
Sin intervención, estos problemas no desaparecen por sí solos; de hecho, a menudo empeoran y dan lugar a problemas más graves tanto en la infancia como en la edad adulta. Los primeros dentistas y ortodoncistas lo sabían, como demuestran las revistas de odontología que aconsejaban a los dentistas tratar las estructuras faciales irregulares a una edad temprana y se centraban en la importancia de la respiración nasal y las arcadas dentales anchas.
Pero la atención prestada a estos factores disminuyó en la década de 1940. En lugar de ampliar el paladar, el tratamiento se centró en las extracciones dentales y la cirugía para hacer que todo encajara en la boca sin tener en cuenta el impacto en las vías respiratorias, las articulaciones de la mandíbula o la salud en general.
La visión general de las mandíbulas encogidas
¿Por qué le contamos esto? Las implicaciones de un desarrollo incorrecto de los maxilares son importantes y tienen graves consecuencias para la salud.
Sin un desarrollo adecuado, la lengua no se apoya adecuadamente contra el paladar y no puede empujar correctamente los alimentos hacia el esófago. Esto crea una falta de estimulación regular para el paladar y una ausencia de ejercicio para el maxilar inferior, lo que hace que se detenga el crecimiento.
Cuando la mandíbula no crece correctamente y acaba siendo demasiado corta o estrecha, la lengua se apoya contra los dientes inferiores, lo que provoca la respiración bucal. Además, cuando una persona con una mandíbula demasiado estrecha o corta se acuesta para dormir, la lengua puede caer hacia atrás y bloquear las vías respiratorias, provocando interrupciones de la respiración conocidas como apneas.
Estas apneas pueden reducir los niveles de oxígeno en sangre, provocar hipertensión y poner en peligro el organismo. La apnea del sueño puede contribuir a otras enfermedades graves, como las cardiopatías y la diabetes.
La apnea obstructiva del sueño afecta a millones de estadounidenses y los expone a graves problemas de salud.
Niños y mandíbulas pequeñas
Unas mandíbulas demasiado pequeñas son un factor de riesgo de graves problemas de salud a cualquier edad, incluso en la infancia. Estos problemas de salud incluyen:
- Deterioro del lenguaje expresivo
- Retraso del habla
- Dificultad para asimilar nuevos conceptos
- Problemas en la escuela
- Cambios de humor
- Trastornos del comportamiento
- Hiperactividad
- Rabietas y arrebatos
- Lengua anudada
- Dificultad para concentrarse
- Orinarse en la cama más allá de la edad del orinal
- Problemas de crecimiento
- Retraso en el desarrollo
- Respiración por la boca
- Maloclusión de la mordida
- Apnea obstructiva del sueño
Entre los efectos secundarios más comunes del subdesarrollo de los maxilares se encuentran las infecciones crónicas de garganta, el debilitamiento del sistema inmunitario, la amigdalitis, la inflamación y la mala salud bucodental, que provocan caries, pérdida de dientes, enfermedades de las encías y otros problemas de salud dental.
¿Se puede superar la evolución?
Si su mandíbula no se desarrolló correctamente, ¡hay esperanza! Esta esperanza viene en forma de ortodoncia de crecimiento facial, un enfoque moderno del tratamiento de ortodoncia que consigue unos dientes bonitos y rectos que se ajustan correctamente a la sonrisa y maximizan el potencial genético previsto de la mandíbula.
La ortodoncia de crecimiento facial aumenta el tamaño de la mandíbula (o la guía) para evitar extracciones, retracciones y, en la mayoría de los casos, tratamientos invasivos. Aumentar el tamaño de la mandíbula significa que la región media de la cara se llena más, y el resultado es un aspecto más equilibrado y juvenil para usted. Se consigue una postura de descanso bucal adecuada, se resuelve la respiración bucal y disminuye el riesgo de problemas bucales y de salud en general.
La ortodoncia de crecimiento facial puede utilizarse tanto en adultos como en niños.
¿Ves los signos de problemas de crecimiento de la mandíbula, como respiración bucal, retraso del desarrollo facial, apnea del sueño o problemas de mordida? Podemos ayudar. Llámenos hoy mismo al 305-595-4616 para obtener más información sobre la ortodoncia de crecimiento facial.