Fumar, como probablemente le hayan dicho, no es bueno para el organismo. Sin embargo, es aún peor para los pacientes con implantes dentales. Fumar interfiere en la circulación y en la respuesta curativa del organismo. Aumenta el riesgo de rechazo del implante y de cualquier injerto óseo que se haya hecho para sostener el implante.

Para tener las máximas posibilidades de éxito en el procedimiento de implante dental, se le pedirá que deje de fumar durante al menos dos meses antes del procedimiento de implante dental y un mes después. Si no puede hacerlo, entonces no es un buen candidato para los implantes dentales.

Sin embargo, el impacto del tabaco en los implantes dentales va más allá de la fase inicial de cicatrización, ya que el impacto del tabaco en su sistema inmunológico significa que seguirá siendo vulnerable a las infecciones adyacentes al implante dental. Lo mejor que puede hacer es dejar de fumar por completo. La mayoría de las personas que pueden dejar de fumar durante tres meses pueden dejarlo por completo, y merece la pena intentarlo por la salud de sus implantes dentales y de su cuerpo en general.

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