¿Es Florida la Fuente de la Juventud?

Durante sus años crepusculares, el escritor estadounidense Mark Twain dijo que “la vida sería infinitamente más feliz si sólo pudiéramos nacer a los 80 años y acercarnos gradualmente a los 18”.

Twain no era el único que pensaba así. Durante siglos, personas de todo el mundo han buscado formas de parecer más jóvenes. Mientras que hoy en día la gente recurre a inyectables como Botox, Dysport y otros tratamientos antienvejecimiento y remedios para la piel, durante la primera época de la exploración mundial, los exploradores buscaban la Fuente de la Juventud.

¿Qué es la Fuente de la Juventud?

La Fuente de la Juventud es una fuente mitológica de vida eterna. Se describe en textos antiguos, incluida la Biblia, y se ha representado en obras de arte a lo largo de la historia. La leyenda dice que existe un elixir o poción hecha con el “agua de la vida” que puede hacerte vivir para siempre.

Muchos creían que la Fuente de la Juventud se encontraba en algún lugar de Asia, pero nadie sabía exactamente dónde. Algunos pensaban que podría estar escondida en las profundidades del Himalaya.

A principios de la Edad Moderna, se extendió la creencia de que la legendaria fuente existía en América, sobre todo en las islas del Caribe, donde se pensaba que existía en las Bahamas y Cuba. En 1522, Cristóbal Colón escribió sobre el hallazgo de una fuente de la juventud cerca de la isla de San Salvador, en las Bahamas, mientras que el explorador español Alonso de Ojeda encontró una en Cuba en 1494. Otros informes sobre la Fuente de la Juventud procedían del Imperio Azteca, donde se la conocía como Xochipilli; del Imperio Inca, donde se la llamaba Vilcabamba; y de los indios Tupi, que contaban historias de un manantial en Brasil.

Y, por supuesto, los registros históricos del explorador Juan Ponce de León afirman que la Fuente de la Juventud se encontró en Florida, cerca de San Agustín (lo cual podemos creer totalmente, dado nuestro amor por parecer más jóvenes aquí en Florida). Cuenta la leyenda que de León descubrió esta fuente mágica cuando buscaba oro en 1513.

Captar hoy la fuente de la juventud

Aunque la mítica Fuente de la Juventud sigue siendo un misterio, muchos médicos y científicos están de acuerdo en que ciertas vitaminas y minerales desempeñan un papel en mantenernos jóvenes. Por ejemplo, la vitamina C ayuda a formar colágeno, que mantiene la piel elástica y firme. La vitamina E protege contra los radicales libres, causantes del daño celular y el envejecimiento. Y el zinc ayuda a mantener fuerte el sistema inmunitario.

Sin embargo, estos nutrientes por sí solos no pueden prevenir el envejecimiento ni hacer que parezca más joven. Por el contrario, contribuyen a los procesos naturales de curación y reparación del organismo.

¿Qué dice la ciencia sobre la Fuente de la Juventud? Pues bien, según el Dr. Michael Roizen, autor de “RealAge: Are You As Young As You Can Be?” y presentador del programa de PBS “Dr. Oz Presents Real Age”, la Fuente de la Juventud no existe, pero hay cosas que puedes hacer para vivir una vida más larga y saludable.

“No es más que una leyenda urbana, como Papá Noel o el Conejo de Pascua”, dice Roizen. “Sabemos que comer bien, hacer ejercicio con regularidad, dormir lo suficiente y evitar el estrés alargan la vida. Pero ninguna de esas cosas hará retroceder el tiempo”.

Así que, aunque no encuentre la Fuente de la Juventud, puede tomar medidas para mejorar su salud y sentirse y tener mejor aspecto ahora. El primer paso es concertar una cita con nosotros para informarse sobre nuestros servicios de rejuvenecimiento facial, incluidos Dysport, Juvederm y los servicios de rejuvenecimiento cutáneo con láser.

El segundo paso es empezar a cuidarse comiendo bien, durmiendo bien y manteniéndose activo. Tu piel te lo agradecerá.

Tercer paso: Ejercicio. El ejercicio mejora la circulación, aumenta el metabolismo y quema calorías. También aumenta el tono muscular y la densidad ósea, haciéndole más fuerte y atractivo. Así que póngase en marcha hoy mismo.

Y por último, el cuarto paso: No olvides sonreír. Una sonrisa libera endorfinas en el cerebro, lo que te hace sentir bien y reduce el estrés.