Este dolor de mandíbula podría ser algo más

shutterstock 450853579

El misterioso dolor de mandíbula puede aparecer de repente y dejar a los afectados preguntándose qué está pasando. El dolor de mandíbula suele ir acompañado de otros dolores en todo el cuerpo, como dolor de cuello, de espalda, acúfenos, cefaleas e incluso la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). Cuando se dan estas condiciones, puede ser una señal de que existe un problema mayor. Ese dolor de mandíbula puede ser algo más que un simple dolor: puede tratarse de una afección denominada disfunción de la articulación temporomandibular.

La disfunción de la articulación temporomandibular se produce cuando se produce una desalineación de la mandíbula desde la articulación temporomandibular, ya sea por causas genéticas o por una lesión como una fractura de mandíbula. Otras causas pueden incluir rechinar los dientes, pero rechinar los dientes también puede ser un efecto secundario, según el Dr. Raúl García, un dentista de Miami, Florida, que se especializa en el tratamiento de la disfunción de la articulación temporomandibular.

“La disfunción de la articulación temporomandibular tiene muchas causas, pero el tratamiento para esta afección suele ser el mismo”, afirma García.

Los planes de tratamiento a menudo incluyen cosas como la odontología fisiológica, que realinea las articulaciones de la mandíbula en su lugar óptimo, permitiendo que la articulación temporomandibular encaje correctamente dentro de los huesos de la mandíbula. Lo mejor de todo es que también puede mejorar su sonrisa en el proceso. Otros tratamientos rápidos, según García, no son más que una tirita.

“Recomiendo evitar el uso de cosas como el Botox para tratar la disfunción de la articulación temporomandibular”, dice García. “Sólo enmascara el problema, es caro y normalmente no lo cubre el seguro. Cuando te pones inyecciones cada tres meses, con el tiempo se acumula y sigues teniendo el mismo problema.”

García dice que hay algunas cosas que los pacientes pueden hacer mientras reciben tratamiento para que el dolor sea menos intenso.

“Hay fisioterapia para la mandíbula, aunque parezca mentira”, dice. “Y modificar su dieta hacia alimentos más suaves también ha dado buenos resultados”.

Otros métodos incluyen el uso de un protector de mordida si rechinas los dientes.

“Los protectores de mordida quitan el impacto de los dientes y lo canalizan hacia el propio protector”, afirma García. “Puede que no detenga por completo el rechinamiento, pero disminuye parte de la presión, lo que podría beneficiar a la mandíbula”.

García también recomienda aplicar hielo en la mandíbula si el dolor es intenso, pero se trata de una solución temporal que no siempre es posible, sobre todo en el trabajo o en momentos de mucho estrés, cuando es más probable que se apriete la mandíbula y rechinen los dientes.

“Es muy importante abordar el problema de frente”, afirma García. “Es la única forma permanente de frenar en seco la disfunción de la articulación temporomandibular”.